Han pasado unos meses desde la última entrada. Siento no haber escrito nada y sobre todo siento no haberlo hecho por el comentario de una perdona que casi me envenena en su restaurante, pero ha llegado el momento de seguir adelante.
Vaya por delante que lo que cuento es lo que vivo y lo que critico es porque así lo he vivido o sufrido. El que se sienta dolido por mis publicaciones, dos problemas tiene. Estoy hasta los mismísimos de tanta tontería.
Ahora vamos al asunto de Hendricks. Nadie duda ya a estas alturas sobre la calidad de la ginebra. Entonces, mejor enfoquemos el asunto desde otro punto. Hablemos de pasta. La botella de Hendricks cuesta entorno al triple de una ginebra del día a día. ¿Merece la pena? Personalmente, sí. Para un copazo a la semana o menos que se nos permite disfrutar...
Lo que no está bien es pagar seis o siete euros por cualquier mierda de la que se sirve por ahí. Iremos citando locales y preparaciones, pero por el momento: ginebra premium y mucho mimo casero.
4 de marzo de 2012
Hablemos de Hendricks
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