20 de julio de 2011

El café manchego

Sobre la mesa un café con hielo. Es una terraza de verano. Buen día. Buen organismo. Es uno de esos días que sin saber muy bien porqué no dejas de hacer reír a los que te rodean. Un hielo es suficiente para provocar la risa. Un hielo. Fresquito. Uno de esos hijos de puta de hielos que te hacen derramar el café y con los que siempre te manchas. Si te cae sobre el pecho, la carcajada es de aúpa. Es el café manchego. Ese que se empeña en que te lleves un gran recuerdo. 

Hoy hemos tomado café en el Oh! mellete de Miribilla, en Bilbao. Rico. Fuerte. He llegado a Vitoria y todavía me temblaban hasta las pestañas. Por la cafeína y por el par de veces que he escuchado a Mark Knopfler en el coche hacer magia con la guitarra durante los puntéos de Tunel of Love. Pedazo de canción. Aunque ese no es el tema. El asunto son las manchas.

Un viejo amigo tenía un terrible problema con una de estas manchas recurrentes. Se la lavaba todas las noches, pero a la mañana siguiente hay estaba, en su frente, en todo lo alto. En Moscú no se atrevían a hacer bromas con el tema, mas en el resto del mundo. El descojono. Pobre Gorby. En fin, que hoy me las he tenido con una de esas manchas que parecen puestas con rotulador indeleble (ya sé que se llama permanente, coñe). Primero ha aparecido en el cuello de la camiseta. La hemos visto mientras tomábamos un blanquito en el Fifth Avenue, un poco más arriba del Oh! mellete, en Jardines de Gernika. Aprovechando que pasábamos por casa, me he cambiado. Con un par, justo antes de comer unos macarrones con bonito y tomate. Mira que podía haber esperado para ponerme la camisa limpia. 

Y la cosa iba bien hasta que, sentados en la terraza de verano, con una café con hielo sobre la mesa, sintiéndonos de deporte, el puto hielo cabrón del café manchego ha venido a joder la marrana. Choff. La mancha. Medio café por el pecho abajo y otra camisa a la lavadora. A ver si por lo menos me devuelven rápido el tendedero, porque hay unos escaladores colgados del patio de mi casa que se han robado todos los Marta. Dicen que están arreglando unas baldosas, pero hasta que no vea que me devuelven el colgador....       

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