8 de agosto de 2011

Muy cerca de la perfección

Sólo faltan los peces de colores
El sábado, cansado de Celedón y demás chorradas festivas, decidí tomarme un buen gin tonic aprovechando las pocas horas libres que me está dejando la fiesta. Y como estaba hasta los webs de tonterías varias me lo puse puro, en su mínima expresión. Qué cerca de la perfección, muchachos. Brutal. De principio a fin.

Primero fue la copa al congelador. Unos 15 minutos. Estaba tan cansado que se me olvidó que la había metido. Salió helada, completamente blanca.  Después, un hielo del tamaño de un flan en el fondo. Me he comprado unos moldes de silicona para flanes y los uso como hielera. Gran invento.

Entonces un chorretón de gin. Desde todo lo alto, casi escanciado sobre el hielo para que rompa. Aparta la tripa porque te pringas la barriga y luego hueles a borratxon. Finalmente una latita de tónica, la amarilla cuyo nombre no se escribir, pero que todos conocemos y.... Alucianante. Nada de verdura, aunque después de probarla tuve que coger un poco de piel de limón y pasarlo por el borde del vaso. A la boca le da lo mismo, pero la nariz lo agradece.

PD: Se me ha ocurrido una tradición que deberíamos comenzar en fiestas. La Baldada del Txinparton. Ya os contaré ya. Necesitaremos un balde, dos bolsas de hielos, una botella de ginebra, una docena de tónicas y un cucharon.          

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